domingo, 4 de marzo de 2012

Capítulo 4 y un cuarto: ¿El secreto de Teo y Louis...Vuitton ?

Tres vueltas de llave y aquella pequeña puerta se abría encima de sus pequeñas cabezas. El primero en entrar fue Teo, que aguantó la puerta para que nuestros amiguitos entraran uno a uno.
Aquella pequeña buhardilla tenía un aroma especial, esencias tal vez, era un aroma acogedor que junto a la pequeña y cálida luz que entraba por la ventana te invitaba a quedarte allí.
El techo inclinado hacía difícil mantener una postura erguida lo cuál no era gran problema para los chicos pero sí para Teo, ya que él era muy corpulento.
Las paredes y suelo recubiertos de madera hacían de aislante a la casa de Teo en los duros fríos de invierno, cortos pero muy fríos.
La mirada de nuestros amiguitos enfocaron un gran baúl que se encontraba al final de la estancia. Con las bocas tan abiertas como podían se dirigieron hacía él.
El gran baúl era de una altura asombrosa y un ancho que incluso los pequeños brazos de los chicos unidos no eran capaces de medir. De esquinas doradas y gran cerradura central. Se veía un gran arcón capaz de guardar infinidad de historias y aventuras que muy pronto serían descubiertas.
Es suave y majestuoso, elegante, como de una reina. -Dijo Coco. -¡Y así es pequeña! -dijo Teo.
Los chicos se sentaron en el suelo alrededor de Teo que apoyado en ese gran baúl comenzó a contar esta historia.
Hace muchas, muchas lunas, en uno de mis viajes... Como bien sabéis tengo y he tenido grandes amigos dentro del mundo humano. Este baúl fue para mi uno de los mayores tesoros que guardo. Quien me lo entregó compartió conmigo un gran viaje que duró nada más y nada menos que 4 lunas. Cabe recordar que en los Minimundos el año se divide en dos estaciones, compuestas cada una por 1 sol y 1 luna, la de Invierno y la de Verano. Pero eso será otra historia, prosigamos...
Por aquel entonces era yo mucho más joven, guapo y fuerte y me había hecho el propósito de conocer el mundo de los humanos así que sin pensarlo dos veces me dirigí a Rousses. No preguntéis por qué Rousses, simplemente el azar y un mapa hicieron que me encaminara hacia allí. Siempre sabiendo mi predilección por los  frondosos bosques y las ganas por conocer como vive la naturaleza en el mundo de los humanos.
Rousses, Francia. Teo levantó la mano hacia una pequeña estantería que había encima del baúl y desplegó un gran mapa donde señaló el lugar del que hablaba.
Rousses es como nuestra aldea. Cerca de las montañas de Jura, siempre blancas por la nieve de invierno.
Aquella mañana y después de varios días caminando y conociendo el lugar, una voz detrás mio llamó mi atención. -¡Hola! ¡Hola! perdona. -Me dijo. Al girarme vi a un chico un poco más adulto que vosotros  pero no mucho mas. -¿Dónde vas? -me preguntó. -A ningún sitio -le contesté. El chico sonriendo me dijo: -bueno, a ningún sitio no será, todos vamos a alguna parte por eso nos movemos. -No, yo no voy, estoy aquí hoy, mañana no sé. -¿Puedo acompañarte?. -Entre pregunta y pregunta andamos varios kilómetros y poco a poco el chico iba ganandose mi confianza. De aspecto sencillo y humilde aquel joven de tan sólo 14 años (28 lunas en nuestro idioma) fue convirtiéndose día tras día en alguien muy especial para mi. Su ilusión, su esfuerzo y perseverancia hicieron que valiera la pena estar a su lado. Era el vivo ejemplo de la constancia y las ganas por conseguir su verdadera meta, su objetivo, y no desistir aunque el frío de la noche y el no tener que comer hicieran que sus fuerzas se desvanecieran por momentos. Eso y todo lo que vivimos valió mucho la pena.
Venía de una región cercana a las montañas de Jura llamada Anchay, llevaba caminado varios días y se dirigía a París, la ciudad de la luz.
Según mis indicaciones era de locos dirigirse hacía allí sin ningún medio de trasporte, no se calculaba cuando podía llegar.
No tenía en mente dirigirme hacia ningún lugar en concreto así que decidí acompañar a mi joven amigo.
Tardamos 4 lunas en llegar, osea 2 años a la ciudad de la luz, tan deseada por el joven. Todo era majestuosidad en aquella ciudad, habíamos llegado por fin. De sus ojos cayeron dos lágrimas, -como mis puños de grandes, -decía Teo y los chicos sabían que manos grandes en el pueblo las de Teo.
Por aquel entonces era el año 1837 en el calendario humano y Louis que así se llamaba quería encontrar trabajo. Las situaciones limite que vivimos y los grandes momentos hicieron que se convirtiera en un joven que fácilmente encontrara empleo. Transmitía responsabilidad y gran madurez pese a su corta edad. Comenzó a trabajar de aprendiz para un fabricante de cajones.
En aquella época las mercancías así como las ropas de la Realeza se transportaban en arcas y baúles como este.
Louis no tardó en aprender el oficio y destacar entre los mejores. Su gran imaginación y habilidad hizo que sus baúles, arcas y maletas fueran muy cotizados.
Y este fue el primero que Louis hizo y quiso que fuera para mi. Mirando a Coco y llamando su atención le dijo Teo: -Y sí, luego hizo muchos y entre ellos para alguien especial, muy especial, la Emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III y Emperador de Francia. -Gracias a ella fue conocido en todo el mundo.
La emperatriz siempre que viajaba llevaba las maletas y arcas hechas por Louis y esto hizo que todo el mundo de la alta sociedad quisieran llevarlas.
Y así fue como aquel pequeño joven que andó esas 4 lunas con más equipaje que su ilusión y su constancia, se convirtió en una persona reconocida en todo el mundo.
Princesas, reyes, sultanes, todos quisieron llevar sus baúles y maletas.
Y hoy en día pequeños amigos, mi gran amigo Louis todavía es reconocido en el país de los humanos.
Coco, coqueta y perspicaz, siempre interesada por el mundo humano y su moda.
-¿Todavía? -dijo Coco. -Todavía, -afirmó Teo. Hoy en día en el mundo de los humanos Louis Vuitton como así se llamaba, es una de las firmas mas famosas en el mundo y sus creaciones muy cotizadas. Incluso han intentado copiarlas, pero imposible llegar a conseguir la calidad de su creador. Aquel joven que caminó junto a mi durante aquellos dos años, hacía todo con amor. Por eso, nunca, nunca, se consigue copiar algo que se ha hecho con el corazón, por mucho que se intente.

2 comentarios:

  1. Hola guapa!!,
    Ya te sigo, vaya blog tan precioso!!, enhorabuena!! un besito

    Verónica.

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    1. Muchas gracias Vero,que alegría tenerte por aquí!!

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